La mayor fiesta de Valencia ya lleva un par de semanas en marcha. Todos los planes de la gran fiesta valenciana se viven al aire libre y siguiendo las normativas Covid para mantener la seguridad.
El último domingo de febrero se encendió la mecha de las Fallas cuando en el acto de la ‘Crida’, las Falleras Mayores de Valencia llamaron a todos los falleros, ciudadanos y visitantes a disfrutar de la gran fiesta.
Según las principales patronales de alojamientos turísticos en Valencia, el efecto de las Fallas ya empieza a animar las reservas con alojamientos ya completos, lo que hace presagiar que se recuperarán niveles de ocupación previos a la pandemia. Incluso, el turista extranjero retornará esos días a la ciudad después de las restricciones de movilidad.
Las Fallas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace seis años. Y tras dos años sin celebrarse en marzo, vuelven al calendario primaveral con todos los actos tradicionales y alrededor de 800 monumentos que llenan las calles de la ciudad.
El turismo mira con esperanza la semana fallera, que augura perspectivas halagüeñas si el tiempo y la lluvia lo permiten. La fiesta está en la calle y en los días grandes, del 15 al 19 de marzo, alcanza todos los rincones de la ciudad.
Origen de la fiesta
El origen de esta fiesta se remonta a hace cientos de años cuando los carpinteros de la ciudad sacaban cada 19 de marzo, coincidiendo con la celebración de San José, su patrón, antiguos restos de sus talleres para quemarlos. Esto marcaba el final del invierno y daba la bienvenida a la primavera, acabando con lo viejo y empezando un tiempo nuevo
La fiesta se ha ido transformando a lo largo de los años, pero sin perder la esencia y todas sus tradiciones. Los monumentos se plantan cada 15 de marzo en las calles hasta el 19, cuando quedan reducidos a cenizas.
Los hay de gran tamaño y representan escenas cotidianas, sátira social y cómica que nos acompaña en la actualidad. Pero también hay fallas de tamaño menor, realizados para los más pequeños que invitan a soñar y trasladarse a un cuento en forma poliexpan y madera.
Son auténticas obras de arte creadas por el gremio de los artistas falleros, al que acompañan otros sectores característicos de la fiesta como los músicos, los pirotécnicos, indumentaristas o floristas. Todos ellos son auténticos artesanos y forman parte del alma de esta celebración.
El resurgir de sus cenizas
Las Fallas también han sufrido los efectos de la pandemia. Tras dos años sin poder celebrarse en marzo, y con un programa de mínimos en septiembre de 2021 para quemar los monumentos de 2020, la gran fiesta de Valencia resurge de sus cenizas para volver a brillar en las calles de la ciudad.
Este año se mantienen algunas medidas de seguridad frente al Covid. El uso de mascarilla será obligatorio en todas las actividades en interiores y en los actos al aire libre en los que no se pueda garantizar la distancia de seguridad.
Uno de los actos más espectaculares de las Fallas es la ‘mascletà’, que vuelve a la Plaza del Ayuntamiento para hacer vibrar cada día a las 14:00 horas a los asistentes con un estruendo de pólvora y su olor tan característico, desde el 1 hasta el 19 de marzo. Después, las terrazas de la ciudad se llenan para disfrutar bajo el sol mediterráneo del típico aperitivo y la tradicional comida valenciana, como la paella.
Otro elemento que no puede faltar en la gastronomía fallera es un desayuno o merienda con churros, buñuelos y chocolate, con más de 300 puestos autorizados que salpican muchas calles de la ciudad.